jueves, 29 de marzo de 2007

Crítico de 45

Con el tiempo uno olvida, o transforma las anécdotas, sobretodo si no tiene la ayuda de los amigos de siempre, habiendo una suerte de asignación cósmica para que la leyenda se perpetue...

No recuerdo bien cómo fue... Quizá porque fui el hacedor y no la víctima.. Pero queda la esencia, el fundamento, fue lo que más tarde se llamaría un crítico argumental (como habría personaje argumental, objeto argumental, golpe argumental.., menos mal que evitabamos los detalles escatológicos, sino nadie nos hubiese librado de una meada argumental, aunque cagadas monumen, digoo, argumentales, haberlas húbolas.)...

En cierto modo fue una pérdida de la inocencia. Toda una generación de jugadores descubrió (confirmó) que el master ignoraba en general (es decir, por completo) los resultados tras la pantalla... Por suerte siempre tuvimos esa repulsa por los dogmas (creando así, a nuestra vez, unos propios; un poco como hacía los ilustrados, para los que la tolerancia era quemar a los intolerantes, mirá voh...)...

Pero ahí quedaba, ligado al imaginario, en los términos de aquel pacto tácito que no recordamos pero nunca dejamos de respetar. Era parte del no olvidar que la riqueza en detalles era literatura y no retrato, y que los números eran sólo un lenguaje - otro - con el que - ayudarnos a - hablar. Y vaya que hablamos.

Todos nos hemos subrayado siempre de ateos, y no obstante vivimos una profunda vida espiritual, imposible de encasillar.
Hemos alejado la iniquidad - sin tanto éxito -, creyendo en la razón, dejando tan sólo que se acerque la poesía como cierto tipo de traición premeditada, como a sabiendas de que sería la única mentira que más que arrastre le hiciese de impulso al corazón.
Hemos creído en los números, y también en el trabajo, pero más que el resto, en el buen humor, en la emoción y la empatía. Cuando el mundo se derrumba, aún supimos mirarnos, y mirar a nuestro lado; tal vez llorar. Hay algo de cierto en las modas, y en refranes, pero encontramos toda la autoayuda en las historias, y en los amigos, con una fe inquebrantable - o insensata - a que el tiempo daría el sí a ese gesto, a la felicidad pausada que puede hacer la aventura, o unos mates; el vino, la luna, una maza pesada; la playa, un hechizo de noche que es el darle la vuelta a las palabras.

"Es el signo de los tiempos", que aunque se haga la distancia, se confirma nuestra historia.
Hoy me han abierto un camino, y mi primer pensamiento no fue "lo hice" sino "gracias", a todos por lo que pusisteis - por lo que pondréis -.
Como decía Arnau, "esto es sólo el principio", mas de muchas cosas, sin perder la zaga.
No podría enumerar, y sería injusto, así que sólo me queda quitarme el sombrero, como galán para algunos, con humildad con todos, porque sin vosotros - sin cada uno - no sería ni una sombra, apenas si tendría historia, o futuro sin poesía. Ante todo por vuestra grandeza, que no cabe en ningún número en la ficha del personaje, pero que para mí es palpable e impagable (y me hace verme a la suela o ni siquiera).

Hoy no sé si creer en los críticos de 45, en la poesía, en la voluntad, la justicia o la estrategia. Sí creo en cambio en vuestro empuje; y la franqueza. Un poco a la italiana, nunca os tengo que olvidar.

Para lo que esté en mi mano, y lo que no, para toda suerte, voy a estar (siempre) muy cerca.


Para ser felices
sólo necesitamos encontrar un lugar con aire puro
donde comer alimentos naturales
con todos los amigos
y talando árboles conseguir madera para hacer una guitarra
con todos los amigos
y luego encontrar una playa que no esté contaminada
e ir con una muchacha
y hacer el amooooooooooooor
con todos los amigooos...
.
.
(Por cierto, vienen en Octubre, del 9 al 18... Lo digo para que vayais haciendo un hueco en la agenda...)

4 comentarios:

arnau dijo...

aun tarde (y a destiempo, diría), no quiero perder la oportunidad de levamente, quedamente, felicitarte por la noticia, que supe a destiempo, por no preguntar, y por esa cena en Barcelona... con la sensación de que cada uno estaba tomando el camino (muy, muy parecido al galego) que más le había apetecido o por el que se había esforzado...
suerte, suerte en la vida, y rodéate de quien te quiera...
nos vemos

arnau dijo...

por cierto, se me olvidaba, creo que la historia fue la siguiente: eora intentando rematar a alguien en el suelo, coge la daga y luis tira un 45... dani, mueve los dados detrás de la libreta y, sin apenas posar la mirada sobre el resultado, dice 'bien, te clavas la daga en el muslo'... luis, después de recomponerse grita: 'qué es, una pifia de 45?'...
esa es mi contribución a la memoria colectiva, hale!

Blanc dijo...

Mierda... ¿Por qué sacas así nuestros trapos sucios?!

(Un abrazo enorme; y qué tiernos recuerdos..)

arnau dijo...

como dijo la barda semiorca... 'siembra dados... y recogerás pifias...'
por los sueños compartidos, porque sin ellos, nuestra vida sería sólo futuro... (espera, eso era de pat, no?)

un abrazo...